lunes, 19 de abril de 2010

El colegio


Un día en el árbol caído de la sabana junto a los potreros, una hormiguita llamada Lucila nos escribió para contarnos una anécdota que espera nos sirva a todos nosotros y la anécdota es así:

Más decía ella todos los días a su mama para que le sirviera la rica avena que con tanto amor le hacía en las mañanas.

Un día Lucila se levantó de mal humor y no se comió la rica avena que le servía su Mama en el desayuno, la Mama preocupada por ella le pregunto si algo le pasaba y Lucila le dijo a su Mama que no le pasaba nada, entonces tuvo que decirle una mentira a su Mama.

Esa mentira le costaría luego muchos dolores de cabeza porque su Mama aunque ella no lo supiera podía escuchar cualquier cosa que le contara sin criticarla, sin dañarla y sin hacer que sus decisiones fueran vulneradas, su Mama seguramente la escucharía y la aconsejaría con ternura y le daría el mejor consejo.

En un sueño Lucila escucho una voz que dijo: "las Madres muchas veces aun que no nos dan el consejo que más nos guste o el que de verdad nos sirva y tal vez no es el que debemos tomar, seguramente es el más sincero ya que el consejo ha sido tamizado por sus vivencias y con el cobijo del único amor desinteresado".

Y cuando Lucila volvió a casa comenzó a contarle su problema a su Mama y ella seria le dijo: hija mía, si has peleado con uno de tus amigos, eso no significa que tu amigo no lo siga siendo, las peleas entre amigos son normales, todos pensamos diferente y tenemos que poco a poco ver cómo podemos hacer para que cada uno de nosotros sin que sea encontrar de nuestros valores ser conciliadores y tener paciencia y humildad para con los demás.

Lucila no entendió bien lo que su Mama le dijo pero al día siguiente en la escuela uno de sus amigos que estaba molesto con ella le dijo Lucila quería pedirte perdón por que cuando nos peleamos el otro día yo solo quería que jugáramos a lo que quería y no te pregunte que te gustaría jugar a ti.

Fue entonces cuando la palabra humildad le sonó a Lucila y se acordó de su Mama y sonriendo abrazo a su amigo y le dijo tú vas a ser mi gran amigo eres muy humilde.

Y así Lucila poco a poco todos los días fue aprendiendo que cada persona en tu vida te enseña a ser mejor persona cada día si puedes leer los sucesos que pasan por tu vida.