jueves, 9 de mayo de 2013

El araguato y el turpial



Lentamente, poco a poco, casi sin ganas los parpados de dos ojitos pequeños se van abriendo, y con la misma rapidez el sol madrugador los está bañando con sus rayos, calentándolos con su amor, llenándolos de vitaminas y diciéndoles que se tienen que levantar para ir a la escuela.

De repente siente una mano y una voz amorosa que les motiva e invita a levantarse, no solo a esos ojitos, no solo a esos parpados, sino a todo ese cuerpecito que lo hace ser un pequeño araguato, un monito que de pequeño es chiquito pero que de grande será un imponente individuo con un pelo rojizo bellísimo; La mama araguato ya tiene el desayuno listo y tienen también listo todo lo que necesita este pequeño para ir a la escuela de la Sra. Lechuza.

Pero mi pequeño le dice su mama, ¿porque si ya te he levantado 3 veces aun no te pones en pie y te arreglas?, ¡dame 5 minutos más, por favor mama que no dormí muy bien anoche! dice el pequeño araguato, y su mama ve que todavía puede darle los 5 minutos, y lo deja descansar un poco más, aún que el pequeño araguato aun acostado dice “vez engañe a mi mama ya sé, le diré todos los días que no logre dormir bien y así me dejara dormir un poco más”.

Ya luego el joven araguato se levantó, desayuno y salió para el colegio, de pronto en el camino se encontró con un turpial y mientras jugaban rumbo a la escuela el joven araguato le conto a su amigo el turpial lo que había hecho y como iba a intentar todos los días engañar a su mama para que lo dejara dormir un poco más diariamente.

El joven turpial asombrado con lo que escuchaba de su amigo pensó: “voy a esperar un poco para hablar con mi amigo y mostrarle que no está bien lo que está haciendo”; así fue pasando todo el día y su amigo el araguato estuvo comentándole a todos sus amigos lo inteligente que era el al engañar a su mama. El joven turpial estaba muy triste porque no podía entender como amigo que era un buen amigo, podía pensar que estaba bien lo que estaba haciendo.

Así fueron pasando los días y al joven araguato se le ocurrió que también podía engañar a su maestra llegando un poco más tarde para quedarse jugando un rato en el parque que estaba de camino a la escuela y ya finalizando la semana el día jueves, se quedó jugando mientras iba en dirección a la escuela, se montó en el sube y baja, se montó en los columpios, se montó en el trampolín se metió en la caja de arena y así fue probando y jugando todos los juegos.

Cuando ya salía del parque paso un ciempiés a toda marcha y como había llovido en el noche estaba mojada toda la vía por donde iba de camino a la escuela el joven araguato y el ciempiés, y sin percatarse el ciempiés con sus pisadas rápidas cada vez que pasaba por un pocito de agua en el piso esta agua al salpicar llenada de tierra húmeda al joven araguato el cual termino sucio y mojado, como el ciempiés iba totalmente distraído no se percató del daño que le hizo al joven araguato, y como paso tan rápido al joven araguato no le dio tiempo de quejarse por ese mal momento.

Al llegar a la escuela lo ve su amigo el turpial y enseguida le pregunta, ¿amigo que te paso?, como puede ser que estés así todo mojado y sucio, debiste pelear con alguien seguramente, dime con quien peleaste y yo le digo al profesor para que lo reprenda.

El joven araguato venía muy molesto y le dice no ves cómo es la gente que abusa de los demás sin tener un castigo, ni tiempo me dio para poder quejármele, deberían ser reprimidos todos los que abusan de los demás sin razón, no se puede pensar que abusando de los demás puedes seguir tu camino, ¿tú sabes cuánto le costó a mi mama lavarme la ropa, sabes cuánto le costó secarla y plancharla, sabes cuánto tiempo y amor le dedico mi mama a mi ropita para que yo pudiera venir a la escuela a aprender?.

En ese momento el joven turpial rápidamente piensa y dice: esta es mi oportunidad para que mi amigo pueda entender lo mal que ha estado haciendo aprovechándose el de su mama y de la maestra engañándolas.

Y sin perder tiempo le pregunta el joven turpial a su amigo ¿tú crees que el que abusa de otra persona así sea ensuciándola o engañándola debería ser reprendido para que pueda pensar lo mal que ha hecho? Y el joven araguato sin pensarlo mucho por la molestia que tenía le responde ¡por supuesto amigo, no es justo que nadie abuse de nadie, nuestros padres siempre nos han enseñado que es muy importante ser honesto la honestidad es un valor muy bello! Y sigue diciendo el joven araguato, la honestidad crea amor, la honestidad crea amistad, la honestidad crea respeto, porque si alguien me ensucio debe ser lo suficientemente honesto para pedir disculpa… y sigue el joven araguato diciendo mil cosas importantes y positivas de la honestidad y del no abuso.

Rápidamente el joven turpial le dice ¿has escuchado lo que me estabas diciendo?, y dice el joven araguato: ¿Qué pasa amigo porque me dices eso?, claro que escuche, ¿no ves que yo fui quien lo dijo?, y el turpial se ríe y le dice pues bien tu esta semana te has comportado muy mal, te has comportado más mal de lo que te paso con el Sr ciempiés;  has comenzado a dañar el amor, has comenzado a dañarte a ti mismo y estás perdiendo un tesoro que tus papas te habían regalado.

La cara del joven araguato era un poema, no entendía ni una sola palabra, ¿de qué estaba hablando su amigo?, ¿será que su amigo se había confundido? ¿Será que su amigo estaba hablando con otra persona?, pero mientras su amigo hablaba el joven araguato no dejaba de pensar, “ese no soy yo de quien estará hablando, me come la inquietud de saber de qué y de quien está hablando mi amigo”.

Y rápidamente detiene a su amigo y le dice ¿amigo no digas esas cosas? ¿De quién estás hablando? Me pone triste lo que dices, el joven turpial le responde, amigo al comenzar la semana una mala idea quiso hacer morada en ti, y poco a poco fue creciendo en tu cabeza esa mala idea, tú al comenzar la semana le dijiste una mentira a tu mama, y con eso la heriste; rápidamente le dice el joven araguato, amigo pero eso era una mentira pequeña, con eso no le hago daño a nadie.

El joven turpial le dice amigo sé que lo has hecho sin maldad, pero eso no quiere decir que no esté mal, porque no hay mentira pequeña o grande, y tú al mentirle a tu mama le faltas al respeto, le faltas al respeto a ella que te cree te da la confianza de lo que tus palabras dicen, además le faltas el respeto a tus creencias a los valores que tus papas día a día tratan de regalarte, de darte y ensenarte al igual que la maestra y por ultimo te faltas el respeto a ti mismo porque dejas de ser una persona creíble una persona honesta una persona completa.

De repente se le abre el entendimiento al joven araguato y le dice a su amigo, muchas gracias amigo pero ya vengo debo hacer algo inmediatamente, y sale corriendo lo más rápido que puede y llega  a su casa ¡Mama, Mama dice!, ¿Dónde estás? Mama, su mama que estaba lavando sobre saltada le pregunta que pasa hijo mío, él dice Mama te quería pedir perdón por haberte insultado y faltado el respeto te prometo que no lo vuelvo a hacer.

Hijo mío no digas locuras ¿cuándo me has faltado el respeto?, el joven araguato le responde toda la semana Mama cuando te dije que había dormido mal, solo para que me dejaras dormir 5 minutos más en vez de habértelo pedido sin mentirte nada más y acogerme a tu amor; a la Mama se le llenaron los ojos de lágrimas pero no de tristeza sino de felicidad y le dice hijo mío importante es haber pedido perdón por hacer algo mal pero mucho más importante es poder ser humilde y reconocerlo para poder pedir perdón, y se abrazaron y de ahí en adelante la Mama araguato le dejo dormir 5 minutos más todas las mañana a su hijo por haber sido fiel a los valores que le había regalado y educado.

Mientras esto pasaba en la sabana se podía ver un sol radiante que poco a poco se ocultaba en el ocaso para volver a nacer mañana.

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