domingo, 23 de abril de 2017

El Tucan y El Morrocoy

Estaba llegando a su casa el morrocoy cuando de pronto vio a un Tucán llorando, al verle el morrocoy lo invito a su casa para que se tomaran una sopa, a lo que el Tucán no pudo decir que no.


Mientras el Morrocoy hacia la rica sopa con la rapidez que los caracteriza, le iba conversando al Tucán de cómo le había ido en el día, que como generalmente es un poco lento y que no le daba tiempo en el día de terminar todas las tareas que le gustaría hacer.


También le contó que vio a la Sra. Vaca junto a la vereda muy emocionada porque ya su becerro está corriendo muy rápido, y que al pasar por la loma la que está junto al árbol de semeruco ya estaba cantando la chicharra anunciando que muy pronto las aguas vienen a regar el suelo.


Así se pasó todo el rato pero nunca le pregunto qué le pasaba, nunca lo invito a que le contar el porqué de sus lágrimas.


El Tucán poco a poco se fue sintiendo muy bien y desde de un largo rato y ya dispuesto para comer, le dice al Morrocoy, quieres saber por qué lloraba?


No responde el Morrocoy, sorprendido le pregunta por qué?


Fácil dice el Morrocoy yo te he invitado a mi casa a comer esta rica sopa porque quiero que te sientas mejor, porque quiero apoyar a un amigo que eres tú, pero no quiero compadecerme de ti eso no es de amigos, así es que si necesitas algo solo pídemelo y si puedo dárselo lo haré sino te diré que no, pero nunca me pides que te comparezca; ahora bien si necesitas que te escuche solo eso con todo gusto lo haré si eso te hace sentir mejor.


Fíjate le dice el Tucán eres sabio amigo mío, lo primero que pensé cuando me invitarte a comer es que quería saber que me pasaba para contárselo a los demás, y por eso no dije nada, luego mientras me contabas tus anécdotas del día fue bajando mi suspicacia para dejar entra el buen ánimo.


Con solo el compartir ya me siento mejor y veo que mi problema que era que no me daba tiempo en el día veo que otros la tienen peor así que me da pena haber visto mi problema tan grande.


Y comenzaron a comer y siguieron hablando y hablando hasta que se hizo muy noche, pero esa conversación se las contaré en otro cuento.


Y colorín colorado este cuento ya no ha de ser continuado.


Aprendizaje: El valor de la compasión y el no juzgar a nuestros problemas como muy grandes sin haber podido ver el mundo en general.

Moraleja: Que los problemas no nos quiten la alegría, solo que nos ocupen para resolverlos pero nada más.

Además si de verdad quieres ayudar a un amigo no le trates de interpretar su vida solo acompáñalo el resto ya solo Dios dirá.