Jum
jum, jum jum que rico esta todo esto, decía la abeja mientras pasaba de flor en
flor recolectando el dulce néctar de las flores del mastranto.
Pronto
como traído de otro mundo las antenita de la abeja envían un mensaje a las demás
(casi como que tuvieran un teléfono móvil jejeje) de que había encontrado una
siembra de mastranto dulcita y que vinieran para aprovechar así todas de este
dulce néctar.
Desde
la rama de una árbol un Cristo Fue la observaba pensado "Cuando este ya
llena de néctar me la comeré como un dulce de la mañana, hay que sabroso solo
me toca esperar", sin este saber aún, que la abejita bien colaboradora había
llamado a sus amigas a que vinieran a recolectar también el néctar en el mismo
lugar.
Mientras
pasaba el tiempo la abejita seguía en sus labores y el pajarito solo esperaba y
esperaba para poder comerse a la abejita.
Pasado
un rato sin medir palabra se abalanza sobre la abejita pero por gracia de dios
la abejita escucha un zumbido que le hace voltear y ver que rápidamente venia
el pajarito a lo que la abejita vuela y se esconde dentro de una de las flores
y exclama: Pajarito que haces? no ves que estoy trabajando? y el pajarito no
hablaba solo revoloteaba tratando ver de dónde venía la voz de la abejita.
Pasado
unos momentos que parecían horas para la abejita, esta exclama pajarito no me
hagas daño no vez que puedes comer el fruto de los árboles que son más sabrosos
que yo?
Ya
un poco cansado le dice el Cristo Fue, Abejita yo me alimento de frutos pero también
me alimento de insectos como tú, así es que por que no sales y te dejas comer,
sabes que al final yo ganare y te comeré.
En
su interior la abejita ya cansada también, piensa! Como que tiene razón voy a
abandonar ya todo, no tiene sentido estar con todo esto, si al final el
pajarito me va a comer!, pero de pronto escucha a una de sus amigas comunicándose
con ella por las antenitas, preguntándole donde estaba que ya habían llegado.
A
lo cual esta se llena de valor nuevamente y le dice al pajarito, aquí estoy, le
dice, aquí atrás y cuando voltea ve a la abejita revoloteando y se lanza a
comerla, pero de pronto casi cuando ya la tenía muy cerca se aparece detrás de
la abejita una gigante silueta negra eran muchísimas abejas y el pajarito se frena
tan rápido que pierde el equilibrio y se cae al suelo.
Todas
las abejitas al ver lo que pasaba se abalanzan contra el Cristo Fue, pero la
abejita corre y las detiene; y les dice: no le hagan daño, muchas veces la
naturaleza que llevamos dentro nos hace pensar que es correcto lo que hacemos
pero no es así, si devolvemos daño con daño que hemos hecho seguramente que
nada.
Así
es que regalémosle a este pajarito unas cestitas de miel para que el también
disfrute.
El
pajarito estaba como en un sueño nunca pensó que esto pasaría y desde ese
momento el pajarito nunca más se volvió a comer un insecto y solo comía los
frutos de los árboles y se convirtió en el mejor amigo de las abejas.
Y
colorín este cuento no tienen FIN....
Moraleja:
Muchas veces pensamos en renunciar cuando las cosas no salen como queremos o
cuando son adversas sin pensar que ya hemos sembrado y que los frutos están
cerca, la abejita no fue mezquina y compartió la información con su amigas,
esto sin querer fue una buena siembra ya que luego la protegieron y por otro
lado está el pajarito que aunque espero y espero con paciencia no logro comerse
a la abejita, con lo cual no siempre lo que esperamos se tiene que dar como
queremos, porque si comió algo rico pero no lo que él esperaba.