viernes, 2 de octubre de 2009

LA ORUGA Y EL CABALLO

Un día que antecedía al de hoy, en un paraje de los andes una oruga estaba aún costado de la vía en dirección a la laguna.

Cuando de pronto un caballo alto y relinchos joven y fuertes que venía rápidamente por el camino, al pasarle por un lado y mirar a la oruga sin medir la rapidez en que venía este se frenó violentamente.

El saludo y dijo:

Hola! no había visto a nadie en horas, vengo viajando desde lejos y hasta ahora no había podido hablar con nadie. Y comenzó a hablar y hablar hasta que la oruga un poco aturdida.

Le dice riéndose:

Amigo! para para un momento, que no entiendo todo lo que dices, hablas muy rápido y muchas ideas a la vez.

El caballo aun emocionado comenzó nuevamente a hablar y hablar sin parar muy rápidamente, igual que sus padres los cuales eran margariteños.

La oruga se sonreía una y otra vez, hasta llegar a carcajearse.
Cuando el caballo la ve riéndose a carcajadas le provoca risa y este también comienza a reír sin saber por qué pero era tal el contagio que los dos reían hasta llorar.

Cuando ya no podían mas reír se vieron a los ojos y comenzaron a calmarse de la risa.

La oruga le dice:

Amigo para dónde vas, porque venias tan rápido por el camino?
El aun con risa le dice vengo buscando lo que todos buscamos la felicidad.

Pero ha recorrido y recorrido y aun no la encuentro, y poco a poco comienza a contarle de todos sus viajes alrededor de américa buscándola, un viaje más esplendido que otro conociendo a otros animales buenos con los cuales paso muchas ratos buenos y agradables.

Como la conversación estaba muy agradable la oruga le dice que se recostaran a comer un rato para que le siguiera contando sus historias.
Ya entrada la noche el caballo y luego de contarle mil historias, la oruga le dice:

!Cómo es posible que digas que andas en busca de la felicidad si tu vida ha sido una sola felicidad, has y tienes mil amigos con los cuales el infinito lo has vivido a plenitud en cada momento, has sido amado y has amado, no puedo entender como dices que buscas la felicidad.
 


Y así la oruga le comienza a contar todo lo que el caballo no entendía, y desde ese día el caballo descubrió que la vida está hecha de cada minuto, que todos los que conocemos nos ayudan a crecer y descubrir que la vida es un rompecabezas que debemos armar mientras vivimos.

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