Ahhhhhh hay que
frio dice la abeja Mariluz que está saliendo a trabajar temprano, ahhhhhh hay
pero que fría amaneció esta mañana la mañana.
Ya se voy a aletear
fuertemente las alas para así calentarme, y aleteo y aleteo y si se calentó
pero quedo agotada para poder salir.
Tanto
aleteo que al sentarse ella se durmió nuevamente y el grupo la dejo.
Al despertar unas
horas después se da cuenta de que la habían dejado y muy enojada a escribir su
queja se dispuso.
Mientras colocaba
cada letra, más se acordaba de veces que no la habían esperado y la habían
dejado.
Poco a poco cuando
ya tenía como cien páginas escritas de todas las quejas que podía recordar,
comienzan a llegar sus compañeras y amigas de trabajo.
Una a una fueron
llegando y más encolerizando se fue poniendo la abeja Mariluz, cuando creyó que
ya todas habían llegado con grito fuerte las fue llamando y todas
congregando.
Y una a una fue
descargando y diciendo todo lo que molesta se encontraba y como la habían
dejado y no despertado.
Con la misma
rapidez que ella les decía todo lo copiado con esa misma rapidez sus amigas
abejitas se retiraban llorando y tristes; una a una hasta la que pensaba era la
última.
Y al quedar
sola en la entrada pensó que lo había hecho bien por qué haber dicho lo que sentía
sin contemplación, decía "ASI DEBE SER UNO, DEBE DECIR LO QUE LE MOLESTA
AUN QUE OTROS NO ESTEN DE ACUERDO, SOLO SIENDO SINCERO ES BUENO".
Pero sin saber
faltaba el abejorro Calcetín que al toparse con un tucusito en una
cayena se le había hecho tarde para regresar, este sin saber nada de lo
sucedido, al ver a su amiga en la entrada de la colmena se alegra muchísimo y
apura el paso para saludarla.
Como venía tan distraído
y contento, saluda en un arrebato y no la deja hablar, y comienza a decirle
como entre todas las demás abejas habían realizado su trabajo y habían
pensado en que ese día se lo regalaban todas para que ella pudiera
descansar y no pasar frio por que la querían mucho, porque querían que se
sintiera la más querida de todas las abejas ya que era la menor de
todas.
Y así siguió
contando las maravillas que todas habían hecho ese día, y que al llegar
iban a realizar una reunión de abejas para contar historias y
pasarla bien todos juntos.
Con cada
palabra que pronunciaba el abejorro calcetín que llego de ultimo
despistado, la pobre abejita Mariluz que se había quedado dormida, se sentía
muy triste y muy triste, hasta que no pudo más y estallo en llanto, tanto que
inundo toda la entrada.
El abejorro
desconcertado, pregunta extrañado, que pasa? por qué lloras tan sin consuelo?,
y esta comienza a contarle a él lo mal que ha tratado a sus amigas pensando que
siendo sincera era lo correcto.
Aun más sorprendido
el abejorro le dice a la abejita Mariluz, todo entuerto tiene un arreglo, pero
primero debes reconocer tu mal proceder aunque sin intensión lo hayas
realizado.
Y la abejita Mariluz
contenta por el plan del abejorro calcetín se sienta y espera el llamado que calcetín
hace a todas las abejas.
Una vez ahí todos, Mariluz
hace una obra de teatro sobre lo sucedido en el día, y al fin pide disculpas
por no preguntar antes de reclamar, y de juzgar antes de revisar.
Y como todas las
abejitas lo único que querían era ver feliz a su amiga, sin rencor ninguno
abren otra vez su corazón y todos felices.
Y hasta aquí este
cuento ha finalizado, y una moraleja nos ha dejado; "La razón es una
circunstancia que dependiendo de tiempo, el momento y las personas que nos
rodean, a veces hay que tomarla en cuenta y otras veces no, pero la
caridad más sin embargo la podemos usar siempre y siempre estaremos seguros que
usándola siempre tendremos la razón".