martes, 30 de agosto de 2011

Din Din sin Calcetin


Ahhhhhh hay que frio dice la abeja Mariluz que está saliendo a trabajar temprano, ahhhhhh hay pero que fría amaneció esta mañana la mañana.

Ya se voy a aletear fuertemente las alas para así calentarme, y aleteo y aleteo y si se calentó pero quedo agotada para poder salir.

Tanto aleteo que al sentarse ella se durmió nuevamente y el grupo la dejo.

Al despertar unas horas después se da cuenta de que la habían dejado y muy enojada a escribir su queja se dispuso.

Mientras colocaba cada letra, más se acordaba de veces que no la habían esperado y la habían dejado.

Poco a poco cuando ya tenía como cien páginas escritas de todas las quejas que podía recordar, comienzan a llegar sus compañeras y amigas de trabajo.

Una a una fueron llegando y más encolerizando se fue poniendo la abeja Mariluz, cuando creyó que ya todas habían llegado con grito fuerte las fue llamando y todas congregando.

Y una a una fue descargando y diciendo todo lo que molesta se encontraba y como la habían dejado y no despertado.

Con la misma rapidez que ella les decía todo lo copiado con esa misma rapidez sus amigas abejitas se retiraban llorando y tristes; una a una hasta la que pensaba era la última.

Y al quedar sola en la entrada pensó que lo había hecho bien por qué haber dicho lo que sentía sin contemplación, decía "ASI DEBE SER UNO, DEBE DECIR LO QUE LE MOLESTA AUN QUE OTROS NO ESTEN DE ACUERDO, SOLO SIENDO SINCERO ES BUENO".

Pero sin saber faltaba el abejorro Calcetín que al toparse con un tucusito en una cayena se le había hecho tarde para regresar, este sin saber nada de lo sucedido, al ver a su amiga en la entrada de la colmena se alegra muchísimo y apura el paso para saludarla.

Como venía tan distraído y contento, saluda en un arrebato y no la deja hablar, y comienza a decirle como entre todas las demás abejas habían realizado su trabajo y habían pensado en que ese día se lo regalaban todas para que ella pudiera descansar y no pasar frio por que la querían mucho, porque querían que se sintiera la más querida de todas las abejas ya que era la menor de todas.

Y así siguió contando las maravillas que todas habían hecho ese día, y que al llegar iban a realizar una reunión de abejas para contar historias y pasarla bien todos juntos.

Con cada palabra que pronunciaba el abejorro calcetín que llego de ultimo despistado, la pobre abejita Mariluz que se había quedado dormida, se sentía muy triste y muy triste, hasta que no pudo más y estallo en llanto, tanto que inundo toda la entrada.

El abejorro desconcertado, pregunta extrañado, que pasa? por qué lloras tan sin consuelo?, y esta comienza a contarle a él lo mal que ha tratado a sus amigas pensando que siendo sincera era lo correcto.

Aun más sorprendido el abejorro le dice a la abejita Mariluz, todo entuerto tiene un arreglo, pero primero debes reconocer tu mal proceder aunque sin intensión lo hayas realizado.

Y la abejita Mariluz contenta por el plan del abejorro calcetín se sienta y espera el llamado que calcetín hace a todas las abejas.

Una vez ahí todos, Mariluz hace una obra de teatro sobre lo sucedido en el día, y al fin pide disculpas por no preguntar antes de reclamar, y de juzgar antes de revisar.

Y como todas las abejitas lo único que querían era ver feliz a su amiga, sin rencor ninguno abren otra vez su corazón y todos felices.

Y hasta aquí este cuento ha finalizado, y una moraleja nos ha dejado; "La razón es una circunstancia que dependiendo de tiempo, el momento y las personas que nos rodean, a veces hay que tomarla en cuenta y otras veces no, pero la caridad más sin embargo la podemos usar siempre y siempre estaremos seguros que usándola siempre tendremos la razón".

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